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martes, 13 de agosto de 2013

Habrá más control al dólar y presión para sumar al blanqueo

Para el equipo económico se inician hoy 30 días de acción directa con dos objetivos principales: operar sobre el dólar "cueva" y acelerar la presión sobre las empresas privadas para que se sumen al blanqueo. Desde el Gobierno se reconoce que el problema de la escasez de dólares se puede profundizar, pero nunca hasta extremos de perder el control de la situación; y se asegura que no habrá ninguna decisión ni medida profunda que cambie la marcha del "modelo". Lo único que habrá que esperar -se indica- es remarcar la velocidad de devaluación del dólar oficial, que en el año llevo un ritmo de hasta algo menos del 30%.


Obviamente, tampoco habrá ninguna medida de tono impopular que pueda hacer variar la intención del voto que tenga que ver con los depósitos del público en dólares o mayores prohibiciones oficiales a la adquisición de divisas y el uso de tarjetas para viajes al exterior. Aseguran en el equipo económico que nada de esto es posible en un esquema electoral que terminará el 27 de octubre, y que tendrán que trabajar con las herramientas disponibles. "Luego se verá, aseguraba un alto integrante del quinteto que por estos días maneja la economía para Cristina de Kirchner.
En este marco, hay dos objetivos en la mira del oficialismo sobre los que se avanzará, que se los evalúa como la profundización de lo que se estuvo aplicando hasta el último viernes anterior a las PASO: la intervención del dólar "cueva" y sumar más "adhesiones" al blanqueo, dos capítulos que tienen a Guillermo Moreno como actor principal, pero que por orden de Cristina de Kirchner tendrá que sumar a la titular del Central Mercedes Marcó del Pont, y al de la AFIP, Ricardo Echegaray. Suponen desde la Casa de Gobierno que tanto el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, como el número dos Axel Kicillof ya están involucrados en la causa.
"El lunes (por hoy) habrá novedades", fue la promesa de Guillermo Moreno a varios "cueveros amigos" el jueves pasado, cuando preocupados hablaron con el secretario de Comercio Interior para "comentarle" que por el precio "blue oficial" sobre el que tuvieron que trabajar quedaron fuera del mercado. Ese precio rondaba los $ 8,5, pero sin disponibilidad, lo que arrojaba a los demandantes (especialmente los vendedores) en brazos de los responsables del "dólar cueva", con una cotización de $ 8,9 y con mayor presencia en el conurbano. Lo que prometió Moreno es una acción directa sobre este mercado, más dólares para comercializar para los cambistas amigos y una brecha que no debería superar el 40 por ciento hasta octubre. Moreno incluso ensayó hace unos días una explicación teórica sobre la conveniencia de continuar con un mercado del "blue" amigo, donde navegue la "economía negra", y que tendría a los cambistas aliados como principales referentes. El funcionario aseguró que los controles policiales se profundizarán, que avanzarán sobre el conurbano, pero que era necesario esperar hasta que terminen las PASO para poder definir políticas.
En el caso de la exteriorización de capitales, la posición oficial es más polémica. Según la visión morenista, ya terminó el tiempo en el que el blanqueo deba ser considerado como tal. A partir de ahora, aseguraba el secretario, comienza el tiempo en el que el blanqueo se debería transformar en una especie de ahorro voluntario en dólares que "sí o sí refuercen las reservas del Central". Sabe Moreno que está terminando el tiempo en el que el campo ayuda a la oferta de dólares, y que se vienen tiempos de sequía de divisas. Por esto avanzará en la acción directa con su fomentado, y muy largo, listado de compañías privadas (y algunos particulares) que según su visión deberían "poner el hombro" en la situación actual. Para empezar, comenzará a llamar a los que, según los datos del Central, transfirieron unos u$s 16.000 millones al exterior antes de la vigencia del cepo de octubre de 2011. En el listado hay empresas de comercialización de electrodomésticos, dos bancos de capital nacional y otro extranjero, una siderúrgica de capitales argentinos y varios concesionarios de servicios públicos.
Luego llamará a compañías y particulares con aparentes problemas con la AFIP. Finalmente, a compañías (la mayoría multinacionales) que tienen dólares (u otras monedas) depositados en el exterior y perfectamente declaradas ante el fisco. La intención es que "voluntariamente" adhieran al llamado con algún tipo de inversión en los bonos ofrecidos (el CEDIN y el BAADE), y que si lo hacen tendrán una mayor voluntad del funcionario para evaluar aperturas de importaciones futuras (después de octubre) o, como premio mayor, algún tipo de giro de utilidades en un tiempo más lejano.
El Gobierno sabe que tiene tiempo, descontando una prórroga de tres meses para la adhesión hasta fin de año, para trabajar ambos temas hasta octubre y, en lo posible, dejarlos en situación manejable hasta las elecciones del 27. Luego, evalúa el oficialismo, habrá tiempo para presentar ante la sociedad que el Frente para la Victoria venció en las elecciones nacionales y que tiene plafón para poder avanzar en políticas de acción directa de más poder intervencionista que las que se aplicarán hasta las elecciones legislativas.